La experiencia del uso del Hijab por primera vez

Artículo escrito por Simone Dunvang | Traducción: Rashida Jasso

Seamos honestos. Hay algunos estereotipos cuando se trata de usar un hijab en el mundo occidental. Las mujeres a menudo son vistas como si se les lavara el cerebro y oprimidas ya sea por su padre, hermanos o esposo cuando deciden cubrirse.

He sido musulmana aproximadamente año y medio, y el Ramadán de este año fue mi segundo intento de ayunar. Actualmente estoy viviendo en Suecia con mi marido, y el ayuno tomó alrededor de 20 horas todos los días. Ramadán en sí fue un reto, pero decidí que este año, sería la primera vez para mí en tratar con hijab en público y no solo desde la seguridad de mi casa.

Velos y estilos

He viajado previamente a Irán, donde es obligatorio para las mujeres que se cubran la cabeza con un velo. Pero cualquiera que haya visitado Irán sabe que tienen su propia visión del hijab. Ellas se ven elegantes, con esa prenda suelta que cubre la mitad de su cabello, en lugar de cubrir cada espacio, como otros grupos musulmanes acostumbran. Durante mi estancia, me puse el hijab en un estilo similar. Fue un poco incómodo al principio, ya que el velo se deslizaba con facilidad, pero he aprendido a manejarlo y agarrarlo antes de que caiga. Después de Irán viaje a Pakistán, donde en las grandes ciudades las mujeres jóvenes normalmente no se ponen hijab. Sin embargo, cuando visite el campo y las montañas y estando en público, me gustó llevar un velo negro un poco más estricto que cuando fui a Irán. Así que cuando llegó Ramadán de 2016, sentí que estaba lista para probar cubrir mi cabello por completo.

Tutoriales como salvavidas

Tenía un rato de estar siguiendo a varias pioneras de la moda del hijab como “Love with Leena”, “Haute Hijab”, y “Dina Tokyo”, quienes me dieron una gran inspiración, cuando se trata de llevar el velo con gracia, aunque aún parece occidental y moderno. Sin embargo, incluso con sus brillantes videos de Youtube, que hacen que parezca fácil, yo estaba confundida sobre telas, dimensiones de velos, etc., no tenía ninguna pista sobre cómo mantener mi cabello, ni que estilo usar correctamente. Al final busque el consejo de una amiga que usaba velo de la escuela secundaria. Tuvimos una pequeña reunión, disfrutamos juntas del iftar, y ella me mostró como arreglar el cabello bajo el pañuelo y como mantenerlo en su sitio cuando se deslice. Quien termino obsequiándome tres nuevos pañuelos de gasa.

En público

Los pañuelos de gasa eran súper fáciles de utilizar. La tela es ligera y manejable, y su aspecto se sentía más ligero que cualquier otro velo que había usado. Cuando me los puse, quedaron como debían, me sentí lista para ser una hijabi en público. Le pregunté a mi marido si quería unirse conmigo por mi primera vez con hijab, ya que estaba muy nerviosa porque las personas miraban. Las miradas eran diferentes: algunas con un poco de odio, otras con lastima, pero seré honesta: era un poco difícil acostumbrarse. Mi marido llevó la parte más fuerte, me dijo “me miran como si me quisieran matar cuando te ven” mientras caminábamos a la estación de tren, “parece que ellos creen que te estoy obligando a usarlo”

El uso del velo es mi propia elección, y después de acostumbrarme a las miradas, me encantó.

Durante una visita a unos amigos en Copenhague, note un gran cambio en el comportamiento a mi alrededor cuando viajé en el transporte público. Antes, a pesar de que no llevaba ropa ajustada, y cubría todo mi cuerpo excepto por el cabello, ya que me había convertido en musulmana, los hombres todavía se me acercaban con comentarios galantes.

En el momento de estar dando una vuelta en público con hijab, me sentí como si me hubiera liberado de una cultura hipersexualisada que normalmente las mujeres sufrimos. Fue un gran alivio, especialmente cuando pienso que tuve que lidiar con esto desde los once años de edad.

Reacciones de musulmanes

Una cosa que me motiva es la enorme cantidad de reacciones diferentes que recibí de otros musulmanes. De repente extraños me saludaban con un “Salam” y una mano sobre el corazón. Por supuesto, algunos tenían curiosidad, pero en general sentí un nuevo respeto en el ambiente islámico. El recién descubierto respeto con otros musulmanes ha eclipsado las miradas de los demás, y aunque todavía se siente incómodo cuando un danés o un sueco nativo me está mirando, el entendimiento de las sonrisas de las hermanas y hermanos va más allá del concepto mal entendido del hijab por otros.

Fuente: mvslim

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