Carta de una cristiana a una musulmana

Por Joanna Francis*
Escritora y periodista estadounidense

Entre los ataques Israelitas contra Líbano y la Zionista “Guerra del Terror”, el mundo musulmán es ahora en el tema central en cada hogar Norteamericano. Veo la matanza, muerte y destrucción que ha sucedido en Líbano, pero también veo algo más: Te veo a ti. No puedo negar que noto que casi cada mujer que veo esta cargando a un bebe o tiene niños a su alrededor. Veo también, que a pesar de estar vestidas de forma modesta, su belleza deslumbra aún. Pero no es sólo la belleza externa la que noto, sino también noto un sentimiento extraño en mi interior: Envidia, de ellas. Me siento terrible por las horrorosas experiencias y los crímenes de guerra que los libaneses han sufrido, siendo el blanco de un enemigo común. Sin embargo, aunque no pueda ayudar, admiro su fuerza, su belleza, su modestia, y mas que todo admiro su felicidad.

Si, es extraño, pero incluso durante el bombardeo constante, tu todavía me parecías mas feliz que nosotras, porque estabas viviendo aún la vida natural de una mujer. La forma en que las mujeres han vivido siempre, desde el inicio del tiempo. De la manera en que solía ser en el occidente hasta la década de los 60’s, cuando fuimos bombardeadas por el mismo enemigo. Solo que a nosotras no nos atacaron con municiones reales, pero sí con trucos astutos y corrupción moral.

A través de la tentación

Ellos nos bombardearon desde Hollywood, en lugar de usar aviones de combate, o con nuestros propios tanques hechos por norteamericanos. A ellos les gustaría bombardearte a ti también, después de haber terminado de destruir la infraestructura de tu país. Yo no quiero que esto te suceda. Te sentirás degradada, justo como nosotras. Tu podrías evitar esta clase de bombardeo si escucharas a aquellas de nosotras que ya hemos sufrido serios daños de parte de su influencia maligna.

Porque todo lo que sale de Hollywood son mentiras, una distorsión de la realidad, humo y espejos. Presentan el sexo casual como una recreación inofensiva, porque su objetivo es destruir la base moral de las sociedades a las que dirigen su programación ponzoñosa. Te ruego que no bebas su veneno. No hay antídoto que te cure si ya lo consumiste. Te recuperarás parcialmente, pero nunca serás la misma. Mejor evitar ese veneno ahora, que intentar curarte cuando el daño está hecho.

Intentarán tentarte con sus películas estimulantes y sus videos musicales, retratandonos falsamente a las mujeres norteamericanas, como felices y satisfechas, orgullosas de vestir como prostitutas, y felices sin familias. La mayoría de nosotras no lo somos, créeme. Millones de nosotras vivimos con antidepresivos, odiamos nuestros trabajos y lloramos por las noches por el hombre que juró amarnos, nos usó vilmente y se marchó. Intentarán destruir tu familia y convencerte de que tengas menos hijos. Lo harán mostrándote el matrimonio como una forma de esclavitud, la maternidad como una maldición y el ser modesta y pura como pasado de moda. Quieren que te abarates y pierdas tu fe. Son como la serpiente tentando a Eva con la manzana. NO LA MUERDAS.

Valor personal

Las miro como joyas hermosas, oro puro, o “La Perla más valiosa” hablando como dice la Biblia (Marcos 13:45) Todas las mujeres son perlas de gran valía, pero algunos de nosotros hemos caído en la duda del valor de nuestra pureza. Jesús dijo: No deis lo sagrado a los perros, ni desperdiciéis vuestras perlas con los cerdos, pues las hollarán con sus pezuñas y las mandarán en contra tuya. (Marcos 7:6). Nuestras perlas son invaluables, pero ellos nos convencen de que son baratas. Confía en mí, no hay sustituto alguno para ser capaz de mirar en el espejo y ver reflejada la pureza, la inocencia y el auto respecto, mirándote fijamente.

Las modas provenientes de los sastres occidentales están diseñadas para hacerte creer que el más alto valor es tu sexualidad. Pero tus vestidos hermosos y los velos son en realidad más sexys que cualquier moda occidental, porque te envuelve en misterio y muestra tu propio respeto y seguridad. La sexualidad de una mujer debería ser guardada de ojos indignos, porque debe ser tu regalo para el hombre que te ame y respete lo suficiente como para casarse contigo. Y como tus hombres son esforzados guerreros, no merecen sino lo mejor de ti. Nuestros hombres ni siquiera quieren la pureza. No reconocen nuestra perla de gran valía, optando por el brillante orín, en su lugar. ¡Sólo para dejarle también! Tus más altos valores son tu belleza interna, tu inocencia y todo aquello que te hacer ser tú. Pero veo que algunas mujeres musulmanas van al límite y tratan de ser lo más occidentales posibles, incluso al vestir el velo (con algunos cabellos al aire). ¿Por qué imitar a mujeres que ya sólo lamentan, o pronto lo harán, la pérdida de su virtud? No hay compensación para esa pérdida. Son diamantes flamantes. No se dejen engañar y volverse orín. Porque todo lo que aparece en las revistas de moda occidentales y en la televisión son mentiras. Una trampa de Satanás. Es el “Oro de los tontos”

El corazón de una mujer

Te diré un secretito, sólo por si eres curiosa: El sexo pre-marital no es tan grandioso. Entregamos nuestros cuerpos al hombre de quién estábamos enamoradas, creyendo que en esa forma nos amarían y se casarían con nosotras, tal como vimos que sucedía en la TV. Pero sin la seguridad del matrimonio y la certeza de que se quedará siempre a nuestro lado, ¡Ni siquiera se disfruta!. Esa es la ironía, fue un desperdicio, te dejará llorando.

Hablando de mujer a mujer, creo que me entiendes. Porque sólo una mujer puede entender en verdad lo que hay en el corazón de otra mujer. En verdad que nos parecemos mucho. Nuestra raza, religión o nacionalidades no importan. El corazón femenino es el mismo donde sea. Amamos. Eso es lo que hacemos mejor. Nutrimos a nuestras familias y damos fuerza y confort al hombre que amamos. Pero nosotras, las americanas, hemos sido engañadas creyendo que somos más felices estudiando carreras, en nuestras propias casas donde vivimos solas con la libertad de malgastar nuestro amor con cualquiera que queramos. Eso no es libertad. Y eso no es amor. Tan sólo en la seguridad del matrimonio el cuerpo y corazón de una mujer pueden estar seguros para ser amados. No aceptes menos. No vale la pena. No te gustará y te gustarás menos tú misma después de eso. Entonces él te abandonará.

Auto Negación

El pecado nunca paga. Siempre te engaña. Incluso, aunque yo recuperé mi honor, no hay sustituto para nunca haber sido deshonrada desde el principio. A nosotras, las mujeres occidentales, nos han lavado el cerebro para pensar que ustedes, las mujeres musulmanas, viven oprimidas. Pero en verdad, nosotras lo somos. Esclavas de modas que nos degradan, obsesionadas con nuestro peso, rogando que nos amen a hombres que no quieren madurar. Muy dentro de nosotras, sabemos que ya hemos sido engañadas. Las admiramos en secreto y las envidiamos, aunque no lo aceptemos. Por favor, no nos miren hacia abajo ni piensen que nos gusta lo que sucede. No es nuestra culpa, la mayoría de nosotras no tuvimos un padre que nos protegiera cuando éramos jóvenes, porque nuestras familias estaban destruidas. Saben quién está detrás de este complot, no se dejen engañar, mis hermanas. No dejen que las atrapen. Permanezcan inocentes y puras. Nosotras, las mujeres cristianas las necesitamos de ejemplo, porque estamos perdidas. Manténganse en su pureza. Recuerden, no pueden volver a meter el dentífrico de nuevo dentro del tubo. Así que, ¡Cuiden su “dentífrico”!

Espero que reciban este aviso con la intención con fue mandado, la de la amistad, el respeto y la admiración.

De su hermana cristiana “Con amor”

*Este artículo fue republicado de la autora Joanna Francis es una escritora y periodista quien dirige su propio blog. El articulo fue publicado también en inglés y traducido en español aquí

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