¿Quién fue Jesús?

Cuando se menciona el nombre de Jesús (la paz de Dios sea con él) se vienen muchas preguntas a la mente. Algunos afirman que fue un profeta, otros le llaman dios o hijo de dios, mientras otros solo lo ven como un hombre sabio. Cualquiera que sea tu opinión al respecto, algo es indudablemente cierto: no fue un hombre común y corriente. La verdad es que hubo algo especial sobre este hombre. ¿Entonces por qué tanta confusión? ¿Quién fue Jesús al fin y al cabo?

Su origen

Jesús vivió aproximadamente hace 2,000 años en la antigua Palestina, cuando el Imperio Romano estaba en su cenit. No fue concebido de una manera usual, sino que fue puesto en el útero de una joven llamada María (que Dios se complazca con ella), sin la intervención de ningún hombre. Allah simplemente ordenó, “Sé” y fue. En este sentido, fue “verbo” de Dios y una señal especial para la humanidad. De hecho, Jesús fue el último profeta de una larga línea de guías religiosos enviados a los judíos.

María: la Veraz

María (que Dios se complazca con ella) fue una mujer recta. Su madre la dedico al servicio de Dios, incluso antes de que ella naciera. Durante su niñez tuvo una vida saludable y recta que otros admiraban. Fue criada por el Profeta Zacarías (la paz de Dios sea con él) quien inculco en ella la hermosa cualidad de tener fe en Dios. Cuando llegó a su adolescencia, María quiso purificarse aún más ante Dios. Sabiendo que el ajetreo de la vida en su pueblo la distraía de ello, se retiró de su gente y fue hacia un santuario en el este. Allí meditó en retiro y en paz. Inesperadamente, un día como cualquier otro, un ángel de Dios la visitó en forma de hombre. Asustada, María (que Dios se complazca con ella) se amparó en el Misericordioso; pero aquel ser le aseguró y le declaró que él era un mensajero de Dios y que venía a anunciarle la buena nueva de un hijo sin falta alguna. María, sorprendida, le pregunto cómo podía ser esto posible si ningún hombre la había tocado. A lo que el ángel respondió: “Tu Señor dice: eso es fácil para Mí…” Al sentir al pequeño dentro de su vientre, huyo del santuario preocupada por la reacción que tendría su familia cuando supieran la noticia. Sin embargo, María no pasaría por ninguna dificultad.

Durante el parto, en su desesperación, María suplicó y lloró; queriendo que la tribulación por la que pasaba terminara. En eso una voz la calmo y le dijo: “sacude hacia ti el tronco de la palmera y caerán dátiles maduros y frescos, come y bebe y refresca tus ojos…” Debajo de una palmera datilera, durante aquel verano, María dio a luz a un niño sin par en la historia de la humanidad.

Al poco tiempo, María regresó a su comunidad cargando al niño al que llamarían el Mesías, Jesús, el hijo de María. Cuando su gente la vio con el niño en brazos no podían creer lo que presenciaban. Se negaron a creer cuando ella les dijo que un ángel había venido y le había dicho que era la escogida sobre todas las mujeres para llevar a cabo esta prueba. Le acusaron de infidelidad y de arruinar el nombre de su familia. María, al estar abrumada, sencillamente se movía hacia el niño delicadamente.

Los Milagros

El niño era producto de un milagro y, por consiguiente, comenzarían a ocurrir hechos milagrosos.

En defensa de su madre y de la verdad, aun siendo un niño de brazos, Jesús dijo: “En verdad, soy el siervo de Dios. Él me ha entregado la revelación y ha hecho de mí un profeta. Me ha bendecido dondequiera que me encuentre y me ha ordenado el salat (la oración) y el zakat (la caridad) mientras viva”. [Sagrado Corán 19: 30-31] Esto dejó a los detractores a un lado.

A través de su juventud, Jesús se mantuvo dedicado y obediente hacia su madre y desarrolló rápidamente su inteligencia, sabiduría y piedad. Siguió, al pie de la letra, lo que se le enseñó y fue admirado por los que le rodeaban y apreciaban sus talentos. Afirmó ser un signo de Dios, un profeta y mensajero para los israelitas.

Su gente se desvió del espíritu de la verdad al poner toda su confianza en legalismos; enterrando así el sentido de la piedad debajo de rituales y pergaminos polvorientos. Finalmente, cuando maduró, Jesús comenzó a viajar a través de toda Palestina predicando el retorno hacia la verdad de las antiguas revelaciones y rechazando todo aquello añadido por el hombre. En esta tarea fue apoyado por el espíritu de la verdad, el ángel Gabriel.

El Evangelio: su mensaje

Jesus and MuhammadJesús enseñó que el amor y la piedad son más fuertes que el odio y la ira. Que solamente la verdad y la fe sincera en el Creador y la obediencia en Su voluntad pueden salvar a cualquier persona en esta vida y en la próxima. Para reforzar este mensaje, que fue llamado “Inyil” (la buena nueva), Dios le obsequió el don de hacer milagros. El profeta Jesús curaba enfermos, animaba a los agobiados y oprimidos, y le daba vida a los muertos. Jesús nunca dijo que todo esto fuera obra suya, sino que lo hacía con el permiso de Dios.

Jesús (la paz de Dios sea con él) vivió una vida simple y piadosa. Atrayendo un círculo de devotos que escuchaban sus enseñanzas con fervor y humildad. Estos discípulos, que entre ellos estaban Pedro, Bernabé y Juan, le ayudaron en su misión de llevar el mensaje del Amor Divino a las personas.

Una prueba de voluntades

Pero ningún hombre recto de Dios lo es sin pasar por tribulaciones y desafíos. En la medida en que el mensaje de Jesús comenzó a ganar amplia aceptación, un pequeño grupo de hipócritas y hombres malos elaboraban un plan en contra de él. Estos hombres eran líderes de los judíos y rabinos. Sus riquezas y posición dependían del hecho de que eran los únicos aptos para interpretar la religión para las masas. Persiguieron a Jesús y a los discípulos para capturarlos. A pesar de todo esto, Jesús nunca renunció a su fe en el Único Dios. Así, sus enemigos hicieron planear su crucifixión. Pero el profeta Jesús se les escapó, mientras ellos seguían pensando que habían concretado su plan con éxito. Creyeron que lo habían matado, pero Dios escuchó y respondió las suplicas de Jesús y lo salvo de los planes de aquellos hombres. La confusión se apoderó de la multitud y quizás mataron a otro en su lugar, sea quien fuere. En cualquier caso, Jesús escapó de la persecución que sufría. Dios quiso retirar a Jesús de este mundo hacia un lugar cerca de Él, para que regresara en el futuro.

Los discípulos, ahora sin su maestro, trataron de mantener la pureza y simpleza de sus enseñanzas. Pero pronto se vieron asediados y superados por una afluencia masiva de conversos romanos y griegos, que eventualmente enterró y distorsiono el mensaje de Jesús, a tal punto que solo un poco de esa verdad permanece hasta hoy en día. Creencias extrañas, como la afirmación de que Jesús es un hombre-dios, que Dios muere, que se debe creer y adorar a los santos o que Dios está formado de distintas partes se pusieron en boga y fueron aceptadas por muchos de los que se autodenominaron “cristianos” siglos después.

Conclusión

Todavía, no llegaba el mensaje final e incorruptible; el cual vendría solo con la llegada del último profeta de Dios, Muhammad (P y B sean con él y su familia). Un mensaje que aclararía la verdad que había sido adulterada por los seres humanos. La única constancia que nos ha llegado respecto a Jesús son materiales biográficos superficiales, pobremente investigados y recopilados, que de ninguna manera pueden representar el mensaje completo y preciso de Jesús, el hijo de María (la paz sea con ambos).

Jesús nos enseñó el mismo mensaje eterno que fue enseñado por todos los Mensajeros de Dios, desde Adán, a través de Noé, Abraham, Moisés y finalizando con la misión de la última guía enviada por Dios a la humanidad, Muhammad (pbef). Llegada que fue anunciada por el mismo Jesús (la paz de Dios sea con él).

Toda nación o pueblo, desde los aztecas hasta los griegos, han recibido un profeta o un mensajero de Dios. Jesús fue el último de una serie de mensajeros enviados a los israelitas, pero ellos se desviaron constantemente del camino y entrega a Dios. Hubo muchos profetas, que hablaron varios idiomas y siguieron distintas costumbres. Pero la base de la fe que predicaron fue la misma: somete tu voluntad imperfecta y voluble por la voluntad perfecta del Poder que es más grande que tú. Solo entonces encontrarás la paz y la libertad que solo el Creador de todas las cosas puede proveer. Entonces harás lo que es correcto y bueno. Este modo de vida es el Islam (someterse a Dios y encontrar Paz).

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